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Coselete [soldado]


El coselete, de cuya evolución cuanto a armas defensivas damos cuenta en la correspondiente entrada era un soldado de infantería armado con pica y espada, y protegido por una armadura que le protegía torso y cabeza - principalmente.

En el escuadrón había de ocupar las posiciones expuestas al enemigo - todas las posiciones exteriores del cuadro o rectángulo - siendo los mejor armados - defensivamente - los que obtenían el privilegio de ocupar las primeras filas - frontales.

Se asumía el papel defensivo de este soldado, el de ser pie firme de la milicia aguantando su posición en el escuadrón. Dado el enorme peso que había de cargar, tenía una movilidad reducida, y no se esperaba que diera persecución al enemigo o que ocupara posiciones dinámicas en el combate.

En 1538 se establece la siguiente orgánica: debía haber 65 coseletes por cada compañía de 221 soldados [se estimaba que era más o menos la tercera parte, más una tercera parte de arcabuceros, y por deducción, el resto serían picas secas].

En 1632 quedaría fijada la proporción definitiva [si bien dudamos, como en otros casos, que fuera llevada a la práctica]: setenta coseletes, noventa arcabuces y cuarenta mosquetes, desapareciendo las picas secas - al menos sobre el papel.

En todo caso, ya habíamos visto un aprecio por las armas de fuego en el ejército español, y esta proporción de armas de fuego de más de dos tercios se habría alcanzado muchas décadas antes, con los "inconvenientes" que suponía para la formación de escuadrones.

El coselete recibía un escudo de ventaja sobre su paga ordinaria de tres escudos, por "el mucho peso de sus armas".

El mucho peso de las armas

Ya entonces existía la polémica respecto a las piezas de armadura: era muy común que el soldado - no en combate, pero sí en otros menesteres, como guardias - excusara el esfuerzo de cargar con tanto peso dejando piezas de la armadura sin colocar:
y los capitanes han de tener mucho cuidado que, los que tuvieren coseletes los tengan limpios y adereszados, y vayan con ellos á sus guardias y muestras y á los otros efectos, y con gola y brazales, así por el buen ejemplo, como por otros buenos respetos; y á los que tuvieren y sirvan con ellos, se á de dar, al presente, la ventaja del escudo y no á los que andan con gola y brazales.
Milán, 28 de agosto de 1538. Marqués del Vasto [o del Gasto, como algún soldado lo rebautizó].

Toma de la plaza de Hulst, detalle del asalto de los muros por parte de coseletes pica en mano. También se pueden ver soldados armados con rodela.

En 1632 se repetiría la indicación al respecto de ir convenientemente armados en las Ordenanzas promulgadas ese año:

El feruir muchos defarmados, ó , con picas cortas, y ruines armas ha introducido la pereza , y mala difciplina y la poca cuenta,que los Capitanes tienen con fus Compañías. Y paraque efto fe remedie Mando alos dichos Capitanes,que pues á todos los que firuen con Picas en la nación Efpañola,les Mando dar Ventaja de Cofoletes, no permitan, que fus Soldados se defarmen .

Como escribiera Brancaccio unos años antes:
Que nadie deue defpreciar el pefo de las Armas, que no le
seran tan dañosas en el ocio, como vtiles en la batalla
Y es que podemos apreciar cierta indisciplina - o relajación - en ciertos momentos de la vida del soldado, como las referidas guardas, pero no sólo entre los soldados, sino en los oficiales y soldados distinguidos:
los Capitanes, y Oficiales, anden con fus Infignias,y ellos, y los Entretenidos,y Auentajados en la Infantería guarden la buena coflumbre que siempre ha hauido de entrar de guardia armados,y dormir en ellas fin defnudarfe, ni quitarfe hs armas,[...] porque demás , que de el defcuido que en ello ha hauido de algunos años a efta parte, ha resultado andar muy mal armados, y estarlo en la ocasion, dandofe mui mal exemplo a los Soldados.
Ordenanza de 1632, artículo XXXVII.

Asalto a la plaza de Calais. Detalle donde se pueden ver los coseletes, armados con picas, aunque más bien parecen medias picas.
Frente a esa relajación, no obstante, podemos ver muestras de lo contrario: soldados que quedan ahogados - muertos por el esfuerzo, o irse al fondo al cruzar un vado de agua - bajo el peso de sus armas:
que del desaliento y calor en siete millas que duró el alcance quedaron ahogados de nuevecientos á mil turcos : otros dicen que muchos mas, y seis ú ocho españoles no arcabuceros, sino coseletes.
Don García de Toledo desde Malta, a 11 de septiembre de 1565.


En las compañías de arcabuceros

En las compañías de arcabuceros debían servir un número de 25 coseletes armados con picas cortas o alabardas, que harían labores de escolta a los arcabuces, mas esta práctica parece desaparecida - por lo que nos refiere Brancaccio - a principios del XVII, y no hay referencia alguna de ella en las Ordenanzas de 1632, por lo que entendemos que esta norma [o consejo] quedaría limitada al alcance del XVI.



Pica seca

La pica seca [piquero desarmado, pica simple o pica sencilla] era un tipo de soldado de los Tercios, que luchaba con pica, pero que iba desarmado, o sea, sin armas defensivas que cubriesen su torso, no obstante que llevase un morrión [o celada, para dar asaltos en batería según Londoño].


Pica seca en 1535, con celada y gola de launas para proteger la garganta y parte del cuello. 



La pica seca en el escuadrón servía en las hileras centrales, lejos del enemigo, y se esperaba que no tuviera que combatir, pero se consideraba un tipo de soldado necesario, aunque de inferior calidad al resto: "la gente más bisoña y de menos edad y experiencia".

La ventaja de la pica seca era su movilidad frente al coselete, que difícilmente podría subir una batería al asalto, o dar persecución al enemigo roto, o correr para tomar un paso frente al enemigo o para hacer "corredurías" por la campaña para traer bastimentos, o sea, para forrajear.

Eguiluz indicaba que las picas secas eran muy necesarias en Berbería, pues el coselete sufría mucho por el calor, y apenas se le podía enviar a hacer ninguna facción que requiriese movimiento ágil, pues podía quedar asfixiado bajo el peso de su armadura, que iría recalentándose bajo el sol.

La pica seca cobraba la paga sencilla de soldado [3 escudos] y no recibía ventaja por su oficio, a diferencia del resto de compañeros, fueran coseletes, arcabuceros o mosqueteros.

En 1632, las Ordenanzas militares aprobadas, dictaminan la desaparición oficial de la pica seca, pues establecen un pie de compañía compuesto por coseletes, arcabuceros y mosqueteros.

Para periodos anteriores, es difícil establecer una regla precisa:
Así, en 1538, el marqués del Vasto señalaba que en cada compañía de 221 infantes, la tercera parte serviría con arcabuz, habría 65 coseletes, y el resto [82] por deducción serían picas secas, aunque también señalaba que de ir armándose convenientemente los hombres de coselete, se les daría un ducado de ventaja, pues la norma limitadora de cierto número de plazas de coseletes, era dirigida para excusar el gasto de aquellos que sentaban plaza sin servir con todas las armas cumplidas, y no tanto por considerar un número idóneo de soldados de una y otra tipología.

En cambio, por la Ordenanza de 1560, en un tercio teórico de 3.000 hombres, 460 serían picas secas, mientras que en 1567, en un tercio previsto de 2.500 hombres, daba un número de 650, al tiempo que en una planificación para la Armada de 1588, por cada compañía de picas de 200 hombres, da un número [nuevamente deducido] de 83 picas secas.

Por contra, en una lista de las compañías de un Tercio presente en Flandes en 1572, no aparece absolutamente ningún infante que no sea coselete, arcabucero o mosquetero.
Por lo tanto, determinar el peso exacto que las picas secas tuvieron en esta milicia es difícil, pero parece evidente que fuera mucho menor que el expresado en teoría en todo caso, pues notorias son las referencias a la escasez general de picas [incluyendo coseletes] en estos ejércitos.

En la tabla siguiente podemos ver cierto dinamismo en lo que se refiere al uso de armamento y a las especialidades de los soldados. El ejemplo del Tercio de Cerdeña es muy claro: en la muestra de junio de 1567 había 316 coseletes y 658 picas secas [un total de 974 picas sobre 1639 soldados] , mientras que en la muestra de julio, las proporciones habían variado, y eran 553 coseletes y 228 picas secas [781 picas sobre 1622 soldados]. Resultaría fácil que una pica seca tomara como armas defensivas un coselete completo, siempre y cuando se le proporcionara, y el soldado sentara nuevamente plaza como coselete.


En el punto 19 de la "Riformatione et stabilimento della fanteria spagnuola del tercio di Sicilia" de 1571 [1] se establecía
En aquellas compañías que no son todas de arcabuceros, se deja a la voluntad y elección del capitán aquellos soldados que deberán servir con arcabuces y morriones, y cuales de ellos tomarán coseletes, y cuales aún servirán con picas solas, y esos capitanes deberán tener cuidado particular de mudar las armas a los soldados, de manera que aquellos que un año habrán usado la pica, el siguiente usarán el arcabuz, continuando en adiestrarles de modo tal que todos sean capaces de servir con todas las suertes de armas, y procurarán que todos los arcabuces sean de una misma bala.

Lo que prueba la necesidad que se tenía de que la milicia española estuviera compuesta por soldados versátiles.

Notas
[1] Transcrito en el original italiano como apéndice en las páginas 597 a 604 de La Antemuralla de la Monarquía. Los Tercios españoles en el Reino de Sicilia en el siglo XVI, Carlos Belloso Martín.